lunes, 3 de mayo de 2010

Buscar primero entender para luego ser entendido

El hábito Nº 5 de Stephen FR. Cobey



Stephen Cobey en su libro “Los siete hábitos de la gente altamente eficaz” nos propone siete principios para que los convirtamos en hábitos en nuestras vidas y así consigamos mejores resultados. Los tres primeros hábitos, ser proactivo, comenzar con el fin en la mente y primero lo primero, nos ayudan a crear una base de carácter y seguridad personal. Una vez que estos hábitos formen parte de nuestra persona, estaremos listos para los hábitos 4, 5 y 6. Estos son los hábitos que conducen aa crear relaciones fructíferas y duraderas con otras personas, fundamentadas en la interdependencia. Para ilustrar como estos hábitos se interrelacionan, Cobey nos dice:

o “Digamos que me estoy comunicando con una persona clave en mi vida, podría ser mi jefe o un subordinado en el trabajo, mi cónyuge o un niño en el hogar. Quizás sea un vecino. Estamos discutiendo un tema importante para nosotros, tal vez algo esencial, pero lo enfocamos de distinta manera, lo vemos de distinto modo. Observemos cómo se aplican los hábitos 4,5 y 6. Primero, piense en Ganar-ganar, dígale a la otra persona algo así: ¿Por qué no acordamos comunicarnos hasta encontrar una solución que nos agrade a los dos? ¿Estarías dispuesto a hacerlo? En casi todos los casos, la otra persona responderá que sí. Ahora, veamos el hábito 5: “Buscar entender para luego ser entendido”. Primero quiero escucharte. La mayoría de las personas hacen exactamente lo contrario: Primero quieren ser entendidas! Y, cuando ambas partes quieren ser entendidas simultáneamente, aparece lo que se llama el “monólogo colectivo”, el “diálogo de sordos”, las personas no están escuchando en realidad, están hablando, o están preparando lo que van a decir. De modo que el quinto hábito es: comunique, primero escuchando y luego expresando.
Ahora bien, ¿Cuál es el hábito 6? Es donde usted es muy creativo y examina maneras nuevas y mejores soluciones a través de la sinergia.”

Entrando ya específicamente en el hábito 5, éste resume el principio más importante en el campo de las relaciones humanas, según ha constatado el Doctor Cobey: Buscar primero entender para luego ser entendido. Este hábito es el hábito de la comunicación eficaz. Escuchar primero a la otra persona hasta entender sus planteamientos o puntos de vista antes de exponer los nuestros, para que sean a su vez entendidos.

El Dr. Cobey ha podido comprobar en su ampia experiencia como asesor que este hábito ha funcionado muy bien en negociaciones, en la formación de equipos, en el manejo de conflictos, en problemas de pareja, entre otros. Este espíritu de mutuo entendimiento genera tal nivel de respeto y empatía con el otro, que no vamos a buscar un ganar perder, o perder ganar, ni tampoco significa ceder posiciones, sino que vamos a buscar nuevas opciones o alternativas de solución que satisfagan las necesidades de todos los involucrados.

Si quiere relacionarse eficazmente con alguien e influir en esa persona, sea su cónyuge, su hijo, su vecino, su jefe, un colega o un amigo, necesita primero entender a esa persona. No obstante, para muchas personas, tratar primero de entender representa un cambio de paradigma muy profundo porque, lo que la mayoría de las personas quiere es ser entendido y por lo tanto, no saben escuchar. Nuevamente, Cobey afirma:

o “El anhelo más profundo del ser humano es ser entendido. Cuando una persona siente que le entienden, se relaja, baja sus defensas, se abre. Por eso, el hábito 5 es la clave en las relaciones interpersonales. Se necesita penetrar en la cabeza de las otras personas, tener empatía, entender la manera cómo ven las cosas… lo que sienten, para que ellas sientan que usted siente lo mismo. Esto es el hábito 5… requiere energía, una energía tremenda. Es mucho más difícil escuchar con ese tipo de profundidad, con ese tipo de empatía, que simplemente hablar.”

La pregunta es: ¿Escucha usted desde el punto de vista de la otra persona? Eso requiere no solo habilidad, sino fortaleza emocional proveniente de su fuero interno, de su integridad con su sistema de valores, resultado de aplicar los hábitos 1, 2 y 3.

La tendencia natural de la mayoría de las personas es a aconsejar, basándose en sus conocimientos y su experiencia de vida. Decimos, por ejemplo: “Déjame contarte mis experiencias, cómo me levanté por mis propios esfuerzos”, o también, “A mi me ocurrió eso y lo que deberías hacer es…”. Es ecir, quieren ser escuchados. Por el contrario, todos deberíamos desarrollar nuestra habilidad para escuchar de una manera empática. Primero dejar que la otra persona hable y, mientras lo hace, solo intervenir para interpretar el mensaje y aclarar cualquier duda. Una de las maneras de lograr entender a su interlocutor es “parafrasear” lo que dice, o sea, repetir lo que le escuchó decir. Para e evitar que los conflictos caigan en discusiones o peleas, aplique la siguiente regla: No plantee su posición hasta que haya repetido lo que le escuchó decir a la otra persona. Repítalo hasta que le confirme que eso fue lo que quiso decir. Solo así, su interlocutor se sentirá entendido, y usted estará listo para presentar su punto de vista.

Si se satisface la necesidad humana de ser entendido, también se satisface la necesidad de ser apreciado, y las personas se sienten valoradas como seres humanos, y escuchar y entender constituye entonces una gran inversión, en el esfuerzo, en la energía y en el tiempo dedicado a las dimensiones humanas. Permitir que cada persona exponga sus puntos de vista, y aceptarlos cuando sea correcto, produce maravillas en la comunicación.

Cobey afirma que el hábito 5 es un principio milagroso y poderoso precisamente porque se basa en escuchar y comunicar, respetando a la otra persona.