viernes, 8 de mayo de 2009

No culpes a nadie

 
Nunca te quejes de nadie, ni de nada, 

porque fundamentalmente

tú has hecho lo que querías en tu vida.

 

Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo

y el valor de empezar corrigiéndote.

El triunfo del verdadero hombre

surge de las cenizas de su error.

Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte,

enfréntala con valor y acéptala.

De una manera u otra, es el resultado de tus actos

y prueba que tu siempre has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso,

ni se lo cargues a otro,

acéptate ahora o seguirás

justificándote como un niño.

Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.

 

No olvides que la causa de tu presente es tu pasado

así como la causa de tu futuro será tu presente.

Aprende de los audaces, de los fuertes,

de quien no acepta situaciones,

de quien vivirá a pesar de todo.

 

Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo,

y tus problemas sin alimentarlos morirán.

Aprende a nacer desde el dolor

y a ser más grande que el más grande de los obstáculos,

Mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte

y dejarás de ser un títere de las circunstancias

porque Tu mismo eres Tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas

y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de Tu vida,

 

ahora despiértate, lucha, camina.

Decídete y triunfarás en la vida;

nunca pienses en la suerte,

porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

 

Pablo Neruda

 

 

1 comentario:

Hilda dijo...

Muy lindo y sabio poema José Manuel. Muy parecido en el mensaje al poema de Vida estamos en paz, de Amado Nervo.
Saludos. Hilda