martes, 23 de junio de 2009

Primero disparo y después pregunto-.

  Un rey, que en su carruaje pasaba por un pueblo, observó una flecha disparada exactamente en el centro
de un blanco, que era un círculo dibujado en el tronco
de un árbol.
 
   Intrigado, se dio cuenta que además había otras flechas
disparadas en varios sitios, todas con la misma precisión
en el centro del blanco.
 
Sorprendido por la habilidad del arquero, mandó a sus pajes a buscarlo. Después de algunos minutos, encontraron al autor de los certeros disparos. Se trataba de un niño de no más de 12 años.
 
   - ¿Eres tú el hábil arquero? -preguntó el rey.
 
   - Sí, -respondió el chiquillo.
 
   ¿Cómo haces para ser siempre tan certero en tu  puntería? -preguntó de nuevo el rey.
 
   - Es muy simple, -dijo el muchacho-, primero disparo
la flecha y después dibujo el blanco alrededor de ella,
 
Amigo,amiga, piensa por un momento si hacemos  eso en nuestras vidas  con las personas que nos rodean. A veces juzgamos basados en nuestros prejuicios, les decimos a todos nuestra opinión y después buscamos cómo justificar nuestras ligerezas,
  
   -Primero disparo y después pregunto-.
 
   A veces cometemos errores o maltratamos a los que nos rodean. En vez de aceptar nuestra responsabilidad, nos
ponemos defensivos y tratamos de justificar nuestro proceder.
 
  ¿Cuánta energía de vida desperdiciamos justificando actitudes con las que solo pretendemos cubrir nuestros temores, miedos o inseguridades?
 
 

1 comentario:

Hilda dijo...

En México hay un dicho "fusilenlo y después averiguan" Y es cierto, primero lanzamos la flecha del juicio y después que vemos que nos equivocamos, en lugar de corregir, buscamos como justificarnos. Eso a la larga será perjudicial porque terminaremos siendo el blanco de otro arquero. Muy buena tu reflexión. saludos.Hilda