Aquel poeta tenía tanta fuerza
y tanta pasión en lo que decía
que yo me quedaba absorto
hipnotizado ante sus bellas alegorías
Me acerqué lentamente
como queriendo indagar sus razones
queriendo caminar por sus rastros
y llenarme de sus mansas emociones
Pero en cada paso que daba
algo se difuminaba en su imagen
se volvía transparente y lejana
como si quisiese desaparecer de mi vista
¿Qué ocurre? No entiendo nada
sus palabras son inefables
celestiales son las parábolas
y terrenales son sus ángeles
Y de pronto comprendí
que cada quien es cada cual
que a las noches les faltan sus días
y a las horas sus minutos
Y me fui lleno de emoción
con la confianza en la piel y en el espíritu
mientras tras de mí sentí penetrante
la mirada del bardo en la distancia.
José Manuel Sarmiento Mendoza Julio 2015
José Manuel Sarmiento Mendoza Julio 2015
1 comentario:
Qué hermoso! Hay que aprender a disfrutar lo que encontramos en el camino, sin pretender aferrarnos a nada.
Saludos!
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